LOS VALORES
ALUMNO XXXXXXXXXXXXXXX
INSTITUCION
EDUCATIVA
GRADO
CIUDAD Y
FECHA
TABLA DE CONTENIDO
1.
INTRODUCCIÓN
2.
OBJETIVOS
3.
DEFINICIÓN DE LOS VALORES
4.
CLASIFICACIÓN DE LOS VALORES
4.1
Valores personales
4.2
Valores familiares
4.3
Valores socio- culturales
4.4
Valores materiales
4.5
Valores espirituales
4.6
Valores morales
5.
VALORES
5.1
Respeto
5.2
Libertad
5.3
Amor
5.4
Honestidad
5.5
Compromiso
6.
CONSECUENCIAS NO USAR LOS VALORES HUMANOS
7.
CONCLUSIONES
1. INTRODUCCIÓN
Los valores
son esenciales para la vida diaria y saberlos aplicar hace una formación
integral. No solo conocer su concepto es el buen resultado. Existen una
variedad de valores que conocemos, además están clasificados de acuerdo al
medio que nos rodea, es muy importante aplicarlos ya que al no hacerlo tiene
sus consecuencias.
Valores
como el respeto, el amor, la libertad, la honestidad y el compromiso son
valores que son muy importantes como cualquier otro pero estos son llamados
valores fundamentales que conlleva al éxito personal e integral de cualquier persona.
2. OBJETIVOS
·
Conocer el concepto de cada uno de los valores.
·
Saber la clasificación de los valores.
·
Estudiar con profundidad valores tales como: El respeto, la libertad, el
amor, la honestidad y el compromiso. Ya que son valores fundamentales.
3. DEFINICIÓN DE LOS VALORES
Los
valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en
función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos
ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un
comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.
Nos
proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o
colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más
importantes.
Los
valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y
aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por
ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo
ocurre con el bienestar o la felicidad.
Los
valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan,
y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.
Valores,
actitudes y conductas están estrechamente relacionados. Cuando hablamos de
actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de
acuerdo con nuestras creencias, sentimientos y valores.
Los
valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más
apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa
es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo
que valen sus valores y la manera cómo los vive.
Pero
los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las
demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y
una convivencia armoniosa.
Quizás
por esta razón tenemos la tendencia a relacionarlos según reglas y normas de
comportamiento, pero en realidad son decisiones. Es decir, decidimos actuar de
una manera y no de otra con base en lo que es importante para nosotros como
valor. Decidimos creer en eso y estimarlo de manera especial.
Al
llegar a una organización con valores ya definidos, de manera implícita
asumimos aceptarlos y ponerlos en práctica. Es lo que los demás miembros de la
organización esperan de nosotros.
En
una organización los valores son el marco del comportamiento que deben tener
sus integrantes, y dependen de la naturaleza de la organización (su razón de
ser); del propósito para el cual fue creada (sus objetivos); y de su proyección
en el futuro (su visión). Para ello, deberían inspirar las actitudes y acciones
necesarias para lograr sus objetivos.
Es
decir, los valores organizacionales se deben reflejar especialmente en los
detalles de lo que hace diariamente la mayoría de los integrantes de la
organización, más que en sus enunciados generales.
4. CLASIFICACION DE LOS
VALORES
Podemos
hablar de valores universales, porque desde que el ser humano vive en comunidad
ha necesitado establecer principios que orienten su comportamiento en su
relación con los demás.
En
este sentido, se consideran valores universales, la honestidad, la
responsabilidad, la verdad, la solidaridad, la cooperación, la tolerancia, el
respeto y la paz, entre otros.
Sin embargo,
puede resultar útil para facilitar su comprensión, clasificar los valores de
acuerdo con los siguientes criterios:
4.1
Valores personales:
Son
aquellos que consideramos principios indispensables sobre los cuales
construimos nuestra vida y nos guían para relacionarnos con otras personas. Por
lo general son una mezcla de valores familiares y valores socio-culturales,
juntos a los que agregamos como individuos según nuestras vivencias.
4.2 Valores
familiares:
Se
refieren a lo que en familia se valora y establece como bien o mal. Se derivan
de las creencias fundamentales de los padres, con las cuales educan a sus
hijos. Son principios y orientaciones básicas de nuestro comportamiento inicial
en sociedad. Se transmiten a través de todos los comportamientos con los que
actuamos en familia, desde los más sencillos hasta los más “solemnes”.
4.3 Valores
socio-culturales:
Son
los que imperan en la sociedad en la que vivimos. Han cambiado a lo largo de la
historia y pueden coincidir o no con los valores familiares o los personales.
Se trata de una mezcla compleja de distintos tipos de valoraciones, que en
muchos casos parecen contrapuestas o plantean dilemas.
Por
ejemplo, si socialmente no se fomenta el valor del trabajo como medio de
realización personal, indirectamente la sociedad termina fomentando
“anti-valores” como la deshonestidad, la irresponsabilidad o el delito.
Otro
ejemplo de los dilemas que pueden plantear los valores socio-culturales ocurre
cuando se promueve que “el fin justifica los medios”. Con este pretexto, los
terroristas y los gobernantes arbitrarios justifican la violencia, la
intolerancia y la mentira, alegando que su objetivo final es la paz.
4.4 Valores
materiales:
Son
aquellos que nos permiten subsistir. Tienen que ver con nuestras necesidades
básicas como seres humanos, como alimentarnos o vestirnos para protegernos de
la intemperie. Son importantes en la medida que son necesarios. Son parte del
complejo tejido que se forma de la relación entre valores personales,
familiares y socio-culturales. Cuando se exageran, los valores materiales
entran en contradicción con los espirituales.
4.5
Valores espirituales:
Se
refieren a la importancia que le damos a los aspectos no-materiales de nuestras
vidas. Son parte de nuestras necesidades humanas y nos permiten sentirnos
realizados. Le agregan sentido y fundamento a nuestras vidas, como ocurre con
las creencias religiosas.
4.6 Valores
morales:
Son
las actitudes y conductas que una determinada sociedad considera indispensables
para la convivencia, el orden y el bien general
5. VALORES
5.1 Respeto
Cuando hablamos de respeto hablamos de los demás. De esta
manera, el respeto implica marcar los límites de las posibilidades de hacer o
no hacer de cada uno y donde comienzan las posibilidades de acción los demás.
Es la base de la convivencia en sociedad.
Las leyes y reglamentos establecen las reglas
básicas de lo que debemos respetar. Sin embargo, el respeto no es sólo hacia
las leyes o la conducta de las personas. Por el contrario, se relaciona con la
autoridad, como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus
maestros. El respeto también es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración
de las cualidades de los demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor
como personas.
A su vez, el respeto tiene que ver con las
creencias religiosas: ya sea porque en nuestro hogar tuvimos una determinada
formación, o porque a lo largo de la vida, hemos construido una convicción. En
este sentido, todos tenemos una posición respecto de la religión y de la
espiritualidad. Como la convicción religiosa es íntima, resulta una de las
fuentes de problemas más comunes en la historia de la humanidad.
De esto deviene el concepto de Pluralidad,
esto es, la convivencia de diferentes ideas y posturas respecto de algún tema,
o de la vida misma. La pluralidad enriquece en la medida en que hay elementos
para formar una cultura. La pluralidad cultural nos permite adoptar costumbres
y tradiciones de otros pueblos, y hacerlos nuestros. Sin embargo, cuando la
pluralidad se integra en el terreno de las convicciones políticas, sociales y
religiosas las cosas se dificultan.
Las dificultades con respecto a estas cuestiones
conllevan a la noción de Intolerancia, es decir, “el no tolerar”. Fácilmente,
ante alguien que no piensa, no actúa, no vive o no cree como nosotros, podemos
adoptar una actitud agresiva. Esta actitud, cuando es tomada en contra de
nuestras ideas se percibe como un atropello a uno de nuestros valores
fundamentales: la libertad. La intolerancia desarrolla un grado de opresión que
torna imposible la convivencia humana. ¿Y nuestra propia tolerancia? ¿Debemos
convencer a alguien que no es católico de que no está en la verdad? ¿No es
acaso eso ser "intolerante"?
Para dar respuesta a estos interrogantes, y
tocar el tema del respeto, la pluralidad y la tolerancia con más profundidad,
hemos hecho una selección del mejor material sobre el tema desde los puntos de
vista pedagógicos, éticos y religiosos. Los artículos que presentamos en este
segmento de valores nos hace reflexionar en qué es el respeto, cómo se enseña y
por qué es importante enseñarlo a los hijos, el por qué de la intolerancia y de
particular interés es la sección "Iglesia y Valores", que nos habla
de nuestra propia tolerancia respecto de otras religiones y creencias y de la
importancia de la pluralidad y el respeto.
5.2 Libertad
El
valor de la libertad se refiere a la capacidad de actuar según nuestras propias
decisiones y escoger cada uno de los pasos que queremos dar y sus diferentes
aspectos. Su ámbito abarca asuntos muy importantes como la vida familiar, la
elección de un oficio u ocupación, así como también temas de la vida diaria: ¿Qué
deseo hacer en este momento? Se ejerce plenamente cuando la persona puede
considerar con cuidado y objetividad sus decisiones y vive en un entorno que le
permite llevarlas a cabo.
Cada
persona es única y diferente. Cada una tiene planes propios para su vida. La
libertad le permite esforzarse para cumplirlos y en ese esfuerzo ir creciendo
cada vez más. Para lograrlo es necesario que nada nos sujete, que nadie nos
impida dar pasos por ese camino. A veces tenemos que luchar para conquistarla.
Pero esa lucha no implica pleitos constantes con los demás.
Requiere mucho mayor cuidado. El primer punto es aclarar
nuestro pensamiento "¿Qué quiero hacer realmente"?. El segundo es
considerar si eso nos ayudará a ser mejores y a estar más felices. Luego hay
que tomar en cuenta a los demás: "¿Lo que voy a hacer no daña la libertad
de los demás?" Cuando ya seguimos estos pasos podemos tomar una decisión y
actuar. El cuidado que tenemos para guiar nuestra libertad se llama
responsabilidad y es un punto muy importante porque de él depende nuestra vida.
5.3 Amor
El amor como benevolencia consiste, pues, en
afirmar al otro, en querer más otro, es decir, querer que haya más otro, que el
otro crezca, se desarrolle, y se haga «más grande». Esta forma de amor no
refiere al ser amado a las propias necesidades o deseos, sino que lo afirma en
sí mismo, en su alteridad. Por eso es el modo de amar más perfecto, porque es
desinteresado, busca que haya más otro. También podemos llamarlo amor-dádiva,
porque es el amor no egoísta, el que ante todo afirma al ser amado y le da lo
que necesita para crecer. Por eso, amar es afirmar al otro.
Sin embargo, también existe la inclinación a la propia plenitud, un querer ser más uno mismo. Esto es una forma de amor que podemos llamar amor-necesidad, porque nos inclina a nuestra propia perfección y desarrollo, nos hace tender a nuestro fin, nos inclina a crecer, a ser más. Por eso podemos llamarlo también amor de deseo. Esta forma de amor es el primer uso de la voluntad, que hemos llamado simplemente deseo o apetito racional. Según él, amar es crecer. En cuanto la voluntad asume las tendencias sensibles, en especial el deseo, éstas pueden llamarse también amor, en el sentido de amor-necesidad o amor natural: «se llama amor al principio del movimiento que tiende al fin amado», como dijimos al clasificar los sentimientos y pasiones.
Sin embargo, también existe la inclinación a la propia plenitud, un querer ser más uno mismo. Esto es una forma de amor que podemos llamar amor-necesidad, porque nos inclina a nuestra propia perfección y desarrollo, nos hace tender a nuestro fin, nos inclina a crecer, a ser más. Por eso podemos llamarlo también amor de deseo. Esta forma de amor es el primer uso de la voluntad, que hemos llamado simplemente deseo o apetito racional. Según él, amar es crecer. En cuanto la voluntad asume las tendencias sensibles, en especial el deseo, éstas pueden llamarse también amor, en el sentido de amor-necesidad o amor natural: «se llama amor al principio del movimiento que tiende al fin amado», como dijimos al clasificar los sentimientos y pasiones.
El amor es el sentimiento
más importante de los seres humanos. El amor es comprender, servir, dar,
compartir, querer, respetar y convivir. A través del amor podemos compartir
cosas buenas y malas con lo que nos rodean. No sólo sentimos amor por nuestros
padres, sino también por nosotros mismos, por nuestros semejantes y por el
medio ambiente que nos rodea.
En nuestra familia, gracias al amor, participamos de las alegrías y fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo... cuando nos sentimos apreciados, respetados y comprendidos, mejoramos la convivencia y fomentamos el espíritu.
En nuestra familia, gracias al amor, participamos de las alegrías y fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo... cuando nos sentimos apreciados, respetados y comprendidos, mejoramos la convivencia y fomentamos el espíritu.
5.4 Honestidad
Es aquella cualidad humana por la que la persona se
determina a elegir actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica
justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma).
Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que
presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico,
objetivo. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que,
como nosotros, "son como son" y no existe razón alguna para
esconderlo. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes
están en contacto con la persona honesta.
La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de
decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de
personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e
imprescindible de reconocer.
La honestidad es una cualidad humana que consiste en
comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los
valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede
entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los
hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la
relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.
Dado que las intenciones se relacionan estrechamente con la justicia y se relacionan con los conceptos de "honestidad" y "deshonestidad", existe una confusión muy extendida acerca del verdadero sentido del término. Así, no siempre somos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos: el auto-engaño hace que perdamos la perspectiva con respecto a la honestidad de los propios actos, obviando todas aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión.
5.5 Compromiso
El valor del compromiso va más allá de cumplir con una
obligación, es poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante aquello
que se nos ha confiado.
El hecho de aceptar finalmente un compromiso hace suponer
que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva; la
realidad en que creemos cumplir con aquello que a conciencia se nos ha
encomendado: un horario para obtener un buen sueldo, asistir a la escuela y
estar un rato en casa. En realidad, estos son compromisos que deberíamos de
cumplir voluntariamente los cuales nos hacen mejores trabajadores, hijos,
alumnos, padre y madre.
Aún así hay personas que esperan exista un contrato, una
promesa o una ineludible consecuencia para saber aceptar el compromiso.
Compromiso es lo que trasforma una promesa en realidad,
es la palabra que habla de valentía de nuestras intenciones, es la acción que
habla más allá de las palabras, hacer tiempo cuando no lo hay, es cumplir con
lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas para poder cambiar las
cosas.
Es el triunfo diario sobre el escepticismo es la base
para procurar cualquier tipo de cambio, la clave de nuestros logros radica en
la capacidad que poseemos en comprometernos a crear algo que no existía, hasta
ese momento, lo único que puede producir cambios en una acción comprometida con
un objetivo.
6. CONSECUENCIAS DE NO UTILIZAR LOS VALORES
HUMANOS
Para el bienestar de una comunidad es necesario que
existan normas compartidas que orienten el comportamiento de sus integrantes.
De lo contrario, la comunidad no logra funcionar de manera satisfactoria para
la mayoría.
Cuando
sentimos que en la familia, la escuela, el trabajo, y en la sociedad en
general, hay fallas de funcionamiento, muchas veces se debe a la falta de
valores compartidos, lo que se refleja en falta de coherencia entre lo que se
dice y lo que se hace.
Por
ejemplo, es difícil saber cómo enseñar a los hijos el valor “tolerancia”, si
nuestros líderes y gobernantes insultan permanentemente a todos aquellos con
quienes tienen diferencias de opiniones.
Igualmente
resulta cuesta arriba promover el valor “respeto” si hay maestros, profesores,
jefes o padres que frente a situaciones complejas defienden sus decisiones
argumentando: “Aquí se hace lo que yo digo” o “Las cosas son así porque sí”.
En términos prácticos es poco probable que
una comunidad funcione bien (y no digo “perfecto”) si las personas que la
integran no se basan en ciertos principios que orienten permanentemente su
forma de relacionarse, en las buenas y en las malas.
Con
la palabra “comunidad” me refiero a la pareja, la familia, el trabajo, el salón
de clases, el condominio, los vecinos, la ciudad, el país y a cualquier otra
instancia de relación con otras personas. Si no compartimos sus valores no nos
sentiremos bien, ni funcionaremos de manera adecuada en esa comunidad. Tampoco
nos producirá satisfacción ser parte de ella.
Para
la cultura organizacional de una empresa los valores son la base de las
actitudes, motivaciones y expectativas de sus trabajadores. Los valores son la
columna vertebral de sus comportamientos.
Si
los valores no tienen significados comunes para todos los empleados, el trabajo
diario se hace más difícil y pesado. El ambiente laboral se vuelve tenso, la
gente trabaja con la sensación de que no todos reman en la misma dirección y
los clientes pagan las consecuencias.
Como
pilares de una empresa, los valores no sólo necesitan ser definidos. La empresa
debe darles mantenimiento, promoverlos y divulgarlos constantemente. Sólo así
sus trabajadores tendrán mejor oportunidad de comprender sus significados y
ponerlos en práctica en sus labores diarias.
7. CONCLUSIONES
·
Entendí y conocí la importancia de los
valores
·
Identifique
como es la clasificación de los valores, que tipos de valores hay y para que ámbito se rigen estos.
·
Aprendí las consecuencias del no uso de los
valores humanos
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